Durante el año es muy probable que ya hayas detectado que algo no anda bien en la relación de pareja. Los problemas normalmente pasan más desapercibidos ya que estamos muchas horas en el trabajo, y además se achacan al estrés del día a día. Se piensa que cuando lleguen las vacaciones el descanso y la diversión resolverá el malestar. Pero la realidad ha sido justo la contraria. El estar más horas juntos ha dejado al descubierto la gravedad de los hechos. Los enfados han sido constantes, y las desavenencias las hemos percibido con mayor intensidad debido al contraste de la gente que nos rodea que no para de reír y pasarlo bien.
Como están de moda la explicación de “el amor tiene fecha de caducidad” y la solución de “el divorcio”, lo primero que os habrá venido a la mente es la separación definitiva y lo normal es que la empecéis a ejecutar lo antes posible para dejar de sufrir porque esto no tiene solución. Tal y como están las cosas desde el punto de vista legal, aún no has presentado los papeles que ya estás divorciado, todo rápido, impulsivo, sin pensar. Por supuesto que es una solución, pero quizás no sea la mejor ni para ti, ni para la pareja, ni para los hijos, ni para las familias respectivas.
¿Qué tal si en vez de romper la relación intentamos resolver la situación? Tienes poco que perder y mucho que ganar. Ya se que lo has intentado muchas veces y que no ha funcionado, que estás desanimad@, por eso vamos a plantear estrategias diferentes ya que “más de lo mismo nos llevará a lo mismo”. Lo único que se requiere es ganas de trabajar, con unas poquitas nada más es suficiente para empezar. Ni siquiera es necesario que la otra parte quiera hacer algo. Lo ideal es que vengáis los dos, pero si tu pareja no quiere, vente tú y hablamos. Te sorprenderá la cantidad de cosas que podemos hacer juntos para salvar tu relación de pareja.
